Meteoros chapotearon el cielo de muchas ciudades de la Tierra la semana pasada, pero nadie fue dañado y no se ha reportado ningún incidente.
El asalto desde el espacio parece que se originó en algún lugar de la constelación de Perseo, e incluyó millones de pequeños proyectiles atacando a la Tierra a más de 200.000 kilómetros por hora.
Retratado arriba, la gente congregada en el ASTROLab du Mont-Megantic al sur de Quebec ( Canada ) observó los cielos nocturnos del pasado jueves sin que pudieran hacer nada para parar la avalancha meteórica.
Afortunadamente, las defensas terrestres, consistentes en una inteligente manta de aire planetaria de más de 100 kilómetros de grosor, destruyó los proyectiles atacantes usando la fricción generada por su propia velocidad calentándolos hasta su desintegración.
El gran triángulo en primer plano, aunque impresionante en apariencia, no fue parte del sistema de defensa meteórico de la Tierra.
El ataque espacial ya se esperaba como parte de la lluvia de estrellas anual de las Perseidas cuando la Tierra pasa a través de los desechos de partículas del tamaño de arena, dejadas por el Cometa Swift-Tuttle en su órbita alrededor del Sol.
Le he buscado un sentido al triángulo que preside la imagen y nada, espero aportes.
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