lunes, 10 de noviembre de 2008

HACIENDO CENTRO EN LAS GALAXIAS


Imagen nada bella pero que subyuga, por lo reveladora. En 3C 75 se observan dos agujeros negros, en el centro de dos galaxias en proceso de fusión.

Así por lo visto, el agujero negro es un orificio de succión, también de tracción ( Mec. Esfuerzo a que está sometido un cuerpo por la acción de dos fuerzas opuestas que tienden a alargarlo.) y por supuesto de descomposición, tal como pone en evidencia la emisión de hidrógeno en esfumato.

Los potentes agujeros negros que se encuentran en el centro de galaxias masivas y cúmulos de galaxias actúan como corazones de estos sistemas, bombeando energía en intervalos regulares para controlar el crecimiento de los propios agujeros negros, así como la formación de estrellas, según nuevos datos obtenidos con el observatorio de rayos X Chandra.

Entiendo que para poder ser operable debe girar en sentido contrario al de la galaxia, siguiendo el hipotético giro de la materia oscura, porque de tener el mismo sentido se colapsaría hasta su anulación.

Se debiera entender, al menos provisoriamente,que cada uno pertenecía a la respectiva galaxia en fusión y tienden formar un sistema binario, con final abierto.


Zona central de la Vía Láctea, en luz de radio e infrarroja, complementaria y ampliatoria de la superior. En el centro se encuentra un agujero negro masivo.

Las estrellas de las galaxias parecen caer hacia el centro en torbellino como un líquido que gira en torno a un agujero para salir, se puede graficar como un pequeño agujero en una gran masa de agua, y la galaxia el torbellino.(marianojc.blogspot.com/2006_12_01_archive.html)

El agujero negro conocido como Sagittarius A*, que se encuentra en el centro de la galaxia, es un auténtico gigante que contiene el equivalente a cuatro millones de veces la masa del Sol.

De ello se puede deducir, que retiene en su interior el equivalente en materia a esa cantidad de soles, parte de muchos más que ya han sido "procesados", y devueltos al medio intergaláctico en hidrógeno atómico.

Han detectado explosiones procedentes de esta región, conocida como "Sagitario A", que muestra material que está siendo estirado mientras se encuentra en órbita sometido a la intensa gravedad cerca del agujero negro central.

Cosa curiosa,la energía irradiada desde sus proximidades es millones de veces más débil que la radiación emitida desde los agujeros negros centrales de otras galaxias. Estimo debe ser sólo temporal.

También curioso, el Centro Galáctico comprende a la región de formación estelar más activa de la galaxia, lo que puede influir en la baja radiación de los agujeros negros..

No menos curioso es la abundante cantidad de materia molecular, que pone en evidencia una tendencia a la asociación, con vocación estable y resistente a la turbulencia.

El origen de los Agujero Negros, hay que buscarlos, en la materia oscura que queda atrapada por lo brazos de la galaxias en oportunidad de su formación y posterior desarrollo.

1 comentario:

León Boyajian dijo...

Desde siempre la ciencia ha sido motorizada por la inquietud de verdaderos aventureros del conocimiento que han planteado, a partir del método científico, enigmas a ser develados. Y correr el velo a lo desconocido es un trabajo que destacados científicos argentinos han hecho: los miembros del Observatorio Pierre Auger, en Mendoza, lograron establecer el origen de los rayos cósmicos, aunque anticiparon que al menos les demandará unos 10 años más entender cómo se producen y qué utilidad podrían tener. Si bien el proyecto incluye a más de 400 científicos de todo el mundo, los investigadores argentinos tuvieron un rol destacado en este hallazgo, que es un paso adelante en la resolución completa de un misterio que lleva casi un siglo y cuyas implicancias en la vida en la Tierra aún no están definidas. “Si esto será revolucionario o no, aún no lo podemos saber: sólo estamos viendo la punta del iceberg”, dijo el físico Alberto Etchegoyen, gerente coordinador del proyecto Pierre Auger y miembro de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
El descubrimiento toma real dimensión si se piensa que durante casi 100 años, físicos y astrónomos de todo el mundo volaron en globo y escalaron montañas en búsqueda de respuestas, cuyas primera revelación se produjo en suelo mendocino.

• Hallazgo

Luego de tres años y medio de trabajo con detectores específicos, los científicos del observatorio Pierre Auger descubrieron que las galaxias con núcleos activos son las más probables fuentes de los rayos cósmicos, que llegan a la Tierra con las energías más elevadas que se conocen en la naturaleza.
Durante el anuncio mundial -que mereció la tapa de la prestigiosa revista Science-, que fue realizado ante unos doscientos investigadores y estudiantes, durante un encuentro realizado en el Centro de Convenciones de Malargüe, Etchegoyen dijo entusiasmado: “Hay un nuevo mensajero del espacio y son las partículas cargadas”, y agregó que este descubrimiento “va a dar un conocimiento nuevo del Universo”.
Por su parte, Ingo Allekotte, subgerente general del observatorio afirmó: “Hasta ahora estudiábamos la radiación electromagnética. La información venía en partículas de luz, visible, de microondas, ultravioleta. Por primera vez miramos una fuente que manda no sólo radiación electromagnética, sino también partículas con masa”.
Los científicos establecieron que los rayos cósmicos provienen de galaxias cuyos núcleos están compuestos por agujeros negros que absorben grandes cantidades de materia, y luego la expulsan en forma de una potente energía.
“El agujero negro comienza a comer la materia de su alrededor y produce un círculo como si fuera el efecto de sacar el tapón de una bañera llena de agua. Ahí es cuando se produce una energía gigantesca que genera una gran lluvia o cascada”, graficó el científico argentino.
Es decir, que esa rotación de partículas alrededor del agujero negro se acelera y muchas de ellas se despegan y son expulsadas hacia afuera, hasta que en su viaje chocan con planos magnéticos y polvo cósmico. Es en ese momento cuando comienzan a frenarse como si tratara del efecto de la ola sobre el surfista: de manera ondulada y progresiva. Es así como los rayos cósmicos se convierten en protones y neutrones pero sólo llegan a la Tierra como cascadas de partículas de protones cuando embisten contra la atmósfera, tal es lo que se sabe hasta el momento.
“Tenemos indicios de que los que detectamos aquí son partículas de pequeña carga, porque si fueran más pesadas se deflectarían más y la desviación que medimos es de tres grados. Cuando reunamos más registros, podremos saber exactamente de dónde vienen, qué campos magnéticos encuentran a su paso y cuál es la energía máxima a la que pueden acelerarse”, explicó Esteban Roulet, físico de partículas y coautor del trabajo realizado en el Observatorio Pierre Auger.